sexta-feira, 18 de fevereiro de 2011

MALDAD

Terminé de leer  “La excepción” un libro del autor danés  Christian Jungersen que me encantó y que principalmente me hizo reflexionar  mucho a lo largo de  su lectura.
 A veces y con determinados libros,  permanezco casi más tiempo pensando sobre lo que dice el libro que el propio tiempo transcurrido con la lectura, siendo esto lo que me sucedió con La Excepción en que me encontré en muchos trechos de sus páginas con ideas y situaciones que me perturbaron mucho.
 Sin entrar en detalle en el enredo de la obra, solo voy a referir que las protagonistas son cuatro mujeres que trabajan en una agencia danesa especialista en información sobre genocidios y voy a ir directamente al tema fundamental de la novela.
La excepción  habla esencialmente de la maldad humana y lo hace desde dos dimensiones diferentes.
El primer plano sería la maldad intrínseca de la humanidad y las cosas terribles que el hombre puede hacer con su semejante, existiendo en esta agencia, una casi infinita información sobre masacres terribles y crímenes contra la humanidad horripilantes, no existiendo mejor sitio para circunscribir el tema, porque en la biblioteca y en los archivos de esta agencia está recogida casi toda la información mundial sobre este angustioso asunto.
En el segundo plano estaría la maldad de lo cotidiano  reflejada en los conflictos personales y profesionales que existen entre estas cuatro mujeres, acentuándose mas esta maldad de lo cotidiano en ellas, porque estas son personas que están dispuestas a ir ayudar a un prójimo desconocido a los sitios  peores del mundo, pero que  hacen sufrir  a  los que están próximos, padeciendo mucho también ellas propias.
 Esta segunda dimensión tendrá un tratamiento exclusivo en otro comentario posterior.
Volviendo a la dimensión más global de la maldad humana, los personajes hacen algunas preguntas abiertas que quedan sin respuesta, por ejemplo ¿si fuera yo un  alemán que hubiera vivido en la Alemania de Hitler, habría tenido un comportamiento diferente con los judíos que eran mis vecinos, en aquel contexto específico? ¿Si en una guerra hubiesen torturado, matado, mutilado y violado a mis seres queridos, yo tendría un comportamiento diferente si me pudiese vengar?,  y otras preguntas por el estilo.
Estas y otras interrogaciones semejantes tienen difícil respuesta o en muchos, casos, hasta tenemos la respuesta, pero como no es políticamente correcta, o la respuesta no es lo que los otros esperan que digamos, callamos

 
Yo pienso que el ser humano en situaciones límite es capaz de las mayores aberraciones y muchas veces en nombre de altos ideales.
Como también creo que el hombre tiene una capacidad increíble para auto justificar sus actos, incluso los peores actos posibles y una serie ilimitada de mecanismos y procesos mentales que consiguen que nos adaptemos a cualquier situación, incluso aunque sea al papel de verdugo sin remordimientos de conciencia.
Tenemos un ligero barniz cultural de bondad y de principios morales embutidos en nuestras mentes pero que si llega a rasgarse esta capa superficial por alguna razón deja al descubierto el animal feroz que somos.
Como es obvio puede haber ejemplos que demuestren precisamente lo contrario, porque felizmente no somos máquinas y hay personas excepcionales que tienen comportamientos diferentes a los anteriormente descritos aunque considero que estas personas constituyen una minoría.
Lo que mas me perturbó del libro fue una idea que fue sugeridas varias veces y que se sustenta en diferentes estudios realizados con personas que participaron en crímenes y genocidios contra otros hombres, siendo que la razón principal para las personas realizar tales actos no fue  como era mi idea el cumplimiento de ordenes superiores y el miedo a las consecuencia por no cumplir las ordenes, sino la presión de los propios compañeros para realizar estas tareas terribles, lo que nos lleva a un racionamiento terrible y es que en muchas ocasiones hacemos situaciones que al inicio sabemos que no son las correctas para no enfrentarnos al grupo y no ser excluidos del mismo, sea cual sea este grupo y esto sucede desde con pequeñas cosas casi sin importancia hasta las cosas mas terribles en situaciones límite.
¿Será que yo hubiera tenido un comportamiento diferente si fuese un alemán contemporáneo de Hitler?
Me gustaría creer que si.


                                                                                        ASTRUV

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