terça-feira, 12 de julho de 2011

JESÚS


             No creo que Jesús sea hijo de Dios, no creo en el carácter divino de su figura y pienso que la mayoría de sus enseñanzas fueron tergiversadas por las diferentes iglesias cristianas.
             Dicho esto y a pesar de no ser creyente, me apasiona el estudio de su figura y leo por no decir devoro todo lo que me llega a las manos que tenga relación con Jesús y el origen del cristianismo.
            Siento una atracción especial por aquel hombre que vivió hace dos milenios y por aquel momento histórico que cambió el rumbo de la historia de la humanidad, al punto que una amiga mía católica me dijo en muchas ocasiones que en la realidad lo que hago es buscar continuamente a Jesús, siendo en su opinión una búsqueda infructífera que esta condenada al fracaso porque mi falta de fe y mi escepticismo me aleja cada vez mas de la esencia de mi búsqueda pero esto es otra historia y quizás ahondaré en ella para otra ocasión.
            Hoy en día es casi unánimemente aceptado por los especialistas que los cuatro Evangelios Canónicos, los Hechos de los Apóstoles y las diferentes Epístolas tienen un valor histórico muy significativo y que pueden ser analizados históricamente siempre que se tenga en cuenta el contexto donde fueron escritos, las contradicciones obvias para este tipo especifico de documentos y principalmente si se hace un análisis riguroso y no sectario como fueron muchas veces analizados para defender las mas fanáticas conclusiones de  los diferentes lados de la barrera.
            Cualquier persona que lea estos libros de una forma independiente e intentando huir de los dogmas impuestos por las diferentes confesiones o ideologías es muy probable que quede absolutamente sorprendida por lo que está allí escrito y pondrá en causa muchos de las creencias que tiene embutidas en su mente.
            Para comenzar y para huir de todas esa ideas y mitos que todavía perduran de Jesús y que abarcan innumeras interpretaciones que va desde el hijo de Dios rígido hasta el primer revolucionario y “primer comunista” lo que queda claro de una lectura atenta del Nuevo Testamento es que Jesús fue un judío, que predicó para judíos, que sus seguidores eran judíos, que su doctrina era judía y que durante muchas décadas la casi totalidad de sus seguidores eran judíos.
            En cuanto a la doctrina no hay duda, Jesús no quiso romper con el judaísmo lo que pretendió y ni siquiera hubo originalidad en esto fue trasmitir una interpretación correcta de las escrituras y una crítica feroz a los que se alejaban de esta interpretación correcta.
            Otra conclusión que es evidente es que muy pocos entendieron su mensaje en vida, incluso sus discípulos mas próximos tenían una idea diferente de lo que significaba  “El Reino” e incluso aunque creían que Jesús era el Mesías, la idea que tenían de Mesías era muy diferente a la que tenía Jesús de si propio como Mesías, este tema es tan apasionante que le daré atención exclusiva en otro texto.
            Por tanto los primeros cristianos eran judíos y no pretendían crear una religión nueva, creían que Jesús era el Mesías que esta profetizado en el Viejo Testamento (que los judíos todavía esperan su llegada) y que estaban viviendo la consecución en el presente de esa profecía.
            Después de esta primera fase de casi exclusividad de judíos cristianos qué creían en Jesús como “Su Mesías” empezaran a convertirse cada vez mas gentiles (no judíos) y aquí apareció el primer gran problema y la primera gran discusión de la iglesia primitiva que aunque me parezca excesiva la interpretación que dan algunos autores de una guerra ideológica y sin cuartel entre Paulo y los apóstoles principalmente Pedro no podemos subestimar este enfrentamiento.
¿Y cual era este tema que dividía de esta forma a los primeros seguidores de Jesús y que hoy en día nos parece imposible que haya ocurrido esto?
Es simple, si Jesús era judío y el Reino de Dios predicado por él estaba dentro de la doctrina judía era a primera vista necesario que cualquier gentil que se convirtiese al cristianismo, tendría que hacerlo primero a La Ley judaica y respetar todos los preceptos escrito en La Ley.
Y el principal caballo de batalla en esta discusión era el tema de la circuncisión, porque todo judío establecía un pacto con Dios, el cual se sellaba con el corte del prepucio.
Por tanto y aunque parezca muy lejana esta discusión, para muchos seguidores de Jesús tendría que ser obligatoria la circuncisión de un gentil que se bautizase, además de cumplir los otros preceptos.
Se encontró una solución intermedia en una reunión o asamblea o concilio no se sabe bien cual es el término idóneo para definir aquel encuentro que se realizó en Jerusalén, y esta solución conciliadora fue aportada por el hermano de Jesús, Santiago, y digo bien hermano de Jesús  (os garantizo que se escribieron ríos de tinta para explicar lo que significa el concepto “hermano” de Jesús) que era el responsable de la iglesia de Jerusalén, personaje con mucha influencia en el cristianismo primitivo y que era considerado incluso por los judíos no cristianos, un ejemplo de judío piadoso, y esta solución de transición explicada de una forma muy simple fue, que era obligatorio para los gentiles que se convirtieron al cristianismo cumplir algunos preceptos de la ley judía como por ejemplo algunas restricciones alimentares y no siendo necesario algunas obligaciones de los judíos como por ejemplo la circuncisión y todo esto con un racionamiento que no entraba en conflicto con la ortodoxia judía,
Para terminar Paulo que fue la figura principal en la conversión de gentiles al cristianismo y el principal responsable por el origen de las primeras iglesias en el mundo gentil nunca renunció a sus fundamentos judaicos (el era fariseo antes de su espectacular conversión) ni le pasó por la cabeza romper con la Ley, muchas de sus disertaciones fueron realizadas en  las sinagogas y su principal tristeza fue ver que muchos judíos no aceptaban y no se daba cuenta que se estaba cumpliendo las escrituras con la llegada del Mesías prometido es decir Jesús.
ASTRUD

EXISTÊNCIA (TRADUZIDO)

              Sempre  que oiço um ateu a defender as suas posições e a uma pessoa religiosa as suas crenças, tenho a sensação que não estão tão longe os seus pensamentos como poderia parecer à primeira vista pois para mim é tão incongruente quem se declara crente como quem se declara ateu.
             Digo isto porque na minha opinião há dois traços que os une mais que os separa. Primeiro a convicção com que defendem as suas ideias, dando a sensação de que estão ambos na posse da verdade e, segundo, as provas de um são tão inexistentes como as do outro para defender os seus princípios, num caso defender a existência de um ser superior e, noutro, promulgar a não existência desse ente supremo.
            O meu raciocínio nesta questão tão espinhosa é tão simples como pragmático, não excluo qualquer explicação possível para responder às perguntas primordiais, mesmo que considero que o mais provável é que tudo o que dizem as religiões são criações do homem para tentar dar uma explicação às coisas inexplicáveis porque a nossa inteligência e saber são tão reduzidas em comparação à complexidade inabarcável do universo que, para não viver numa angústia contínua, criamos um ser ou seres superiores, nos ajoelhamos e rendemos-lhes culto em troca de anestesiarmos a angústia terrível que nos corrói por dentro.
             Segundo a Ciência, a origem do universo (e peço desculpa se existiram outras descobertas das quais não tenho conhecimento) se iniciou porque num pequeníssimo lugar do universo se concentrou uma quantidade inimaginável de matéria que explodiu, o famoso Big Bang, formando-se a partir deste momento o universo que contempla no seu esplendor galáxias, estrelas, nebulosas, planetas e restantes materiais do cosmos.    
            Esta explicação deixa mais dúvidas que as respostas promovidas pelas igrejas, porque continua a não explicar a origem da matéria que explodiu, que neste caso é a questão fundamental.
            E eu, pobre mortal perdido, o que diz a minha razão é que não deveria de haver existência porque, onde não há nada não pode nascer nada e, portanto, o conceito de um princípio não pode ser real, assim como não posso aceitar racionalmente o conceito de que algo existe eternamente e, portanto, concluo que não teria que existir nada, mas isto que estou a escrever, que é o mais razoável para mim, é falso, porque eu existo.
            Portanto, se partimos da premissa de que existimos quando racionalmente não teríamos que existir, têm que ficar em aberto possibilidades tão incompreensíveis como matéria eterna ou criação espontânea a partir do nada.
            Ou, se querem algo mais duvidoso ainda, algum dia a Ciência encontrará explicações...
           
                                    ASTRUD