AUSENCIA
Alguna
vez he pensado en tu ausencia
y
mi cuerpo se rebela desde mil puntos de dolor,
yo
solo quiero tu dulce presencia,
mi
único anhelo es vivir nuestro amor.
Mi
vida se marchita sin germinar,
diluyéndose
mi esencia en la soledad,
un
punto inalcanzable como el ocaso en el mar,
como
la vana ilusión de la eternidad.
Esta
voz surge de un laberinto interior
en
el que no existe una Ariadna enamorada,
de
insondables grietas labradas por un sol abrasador,
de
un rio de lágrimas de corriente pausada.
Te
quiero, este es el único credo de mi existencia,
tu
cuerpo conforma un todo al que aspiro,
esquivo
y suave como la hija de la experiencia,
como la muerte que solo precisa un suspiro.
ASTRUD